PRESENCIA
ANA LUISA GARCÍA G.
26-10-2025
< Ya vienen en camino, la familia los aguarda
Desde hace más de 3,500 años en México se instituyó la celebración del Dia de los Muertos, es el regreso temporal y fugaz de quienes abandonaron la tierra para habitar en el infinito. Esta tradición celebrada a fines de octubre y primeros días de noviembre, hoy cabalga por el mundo, donde los latinos han hecho suya esta tradición que se ha ido entremezclando con las costumbres de cada país.
Ellos, los que abandonaron la faz de la tierra, son esperados por sus seres queridos, que les rinden tributo en un altar de 7 escalones donde se depositan las ofrendas, flores, cirios, así como los alimentos y bebidas de su gusto. En algunas zonas de nuestro país este ritual es más intenso, más fervoroso, se acaricia la esperanza de que sus muertos: padres, hermanos, hijos, abuelos, esposos o esposas regresan por estos días.
Los familiares que tienen difuntos con 40 días de haber muerto o más, contados antes de 1º de noviembre, son los que, de acuerdo a la tradición y cultura ancestral, estarán en visitas fugaces a los que fueron sus hogares, por eso se decora un camino tapizado con pétalos de flor de cempasúchil y veladoras, para guiarlos en el retorno a casa.
Los altares de muertos son muy diversos, algunos se centran en montar ofrendas a una sola persona, usualmente recién fallecida, pero siempre después de los 40 días, porque en ese periodo el difunto realiza un recorrido precisamente buscando a su familia, lo cual, según estudios universitarios, establecen que es muy difícil que logre localizar lo que fue su hogar, su centro de trabajo o el espacio donde pasaba la mayor parte de su tiempo.
Por eso no se monta el altar de muertos en las casas de los recién fallecidos, sólo si ha pasado la cuarentena, entonces es probable que llegue a donde fue su hogar. Esa es práctica en las zonas de auténtica tradición, donde es producto de sus raíces y no de la cultura del consumismo y el turismo, que ha puesto de moda estas festividades.
En otras culturas como la oaxaqueña y las del estado de Guerrero, el ambiente es festivo, las ofrendas no sólo son florales, se llevan al cementerio los platillos predilectos del finado, dulces y bebidas, como el tequila o cerveza, y ahí, en frente de la tumba se canta y también baila, es una manera de rendir honores a sus difuntos.
El pan de muerto, tiene un especial simbolismo, pero no es el que se vende en los centros comerciales, sino el que se hornea en casa, porque el aroma es lo que perciben las almas; quienes han investigado y estudiado esta tradición, así lo explican, y debe de cocinarse en fuego de leña, en el exterior de la vivienda para que atraiga con su aroma a los espíritus que están en el Universo.
En Alemania la Universidad de Friburgo (Universitat Freiburg), ofrece líneas de investigación en torno a los rituales funerarios y a los conceptos de la muerte en diferentes culturas, y establece que el alma del difunto realiza un recorrido de 40 días, inmediatos y posteriores a su muerte, son los que tienen de permiso para buscar a sus seres queridos, y consideran que en ese lapso difícilmente encuentran a quienes fueron sus afectos.
En esas condiciones el alma del finado, opta por adoptar otro núcleo familiar o un entorno parecido al suyo, o bien un área laboral similar a la que tenía, es decir son espacios que busca para ser o seguir siendo lo que era, padre o madre y esposo(a) protectores, o bien el empleado, que también se queda en cualquier campo similar a donde desempeñó una responsabilidad.
LA FIESTA Y LOS DESFILES. – Tras la película de Jeans Bond, que inicia con una fuga que se desarrolla en medio de un desfile del Dia de Muertos en la ciudad de México, surge la práctica de ese paseo, que aunque lo niegan, la realidad es que antes no existía, igualmente en la capital de Puebla, hoy en ambos casos, toman las calles luciendo vestuarios de catrín y catrinas, son atractivos turísticos que se promueven por estos días, una costumbre que se ha extendido poco a poco en diferentes ciudades.
Este evento incluye figuras gigantes (les llaman encabezados en los carnavales de Veracruz) con vestimenta elegante, al estilo del caricaturista José Guadalupe Posada, que primero creo la calavera con el sombrero que aporta distinción, eso fue hace 115 años, casi dos años después surge la figura completa, la Catrina Garbancera que hoy conocemos.
La circunstancia es que la Catrina es hoy un recurso que se explota con fines turísticos. Los poblanos tomaron con carácter festivo esta iniciativa, y hoy en día no sólo los comercios tienen una catrina en su principal aparador, los restaurantes visten a sus meseros y empleados de catrín o catrina, según sea el caso.
En el puerto de Veracruz, en la plaza principal, frente a los portales, en el zócalo, se levanta por estos días una de estas figuras gigantescas, pero la más alta en 2024, estuvo en Misantla, Veracruz y alcanzó 32 metros. Puerto Vallarta casi la igualó. Desde luego los porteños jarochos también tienen su desfile, con comparsas alusivas, grupos musicales que les sobran y prácticamente hacen un Carnaval de la Muerte.
En el extranjero, las embajadas, unas más que otras, han realizado festividades en El día de Muertos, con la comunidad mexicana que radica en esos países. En Quebec, Canadá, se ofrece un desfile de muertos, en el que participan con disfraces muy diversos, desde brujas, cabezas con figuras de calabazas, “la huesuda” también se hace presente. Es una especie de carnaval en el que se entremezclan figuras diversas, ligadas a esta festividad.
Se monta un escenario donde los músicos interpretan diversas melodías, donde sus acompañamientos son acordes “tétricos”, se adorna ese espacio con telarañas y figuras alusivas a la ocasión. El desfile de muertos pasa frente a este escenario canadiense.
En fin, la circunstancia es que esta tradición, hoy es una festividad que ha tomado diversas formas, de acuerdo a las costumbres culturales de cada país y sobre todo por la participación de la comunidad mexicana arraigada en esas ciudades.
En los últimos años el consulado de México en Montreal le ha proporcionado un gran impulso a la conmemoración del Día de Muertos, realizando una ceremonia en la plaza Dorchester y en el antiguo cementerio Saint-Antoine, eso fue a partir de 2011, y el consulado de esa época se atribuye el haber instituido la festividad, pero la realidad es que por lo menos en 2005 ya existían bajo la narrativa que explicamos líneas arriba.
Finalmente, en educación básica en México, hay acciones para que los niños y adolescentes realicen altares de muertos, llevando como figuras centrales a algunos héroes de la Nación, eso era hasta hace poco, igualmente se montaban estos recursos que provienen de la tradición, en edificios públicos, hoy con el nuevo giro que está tomando este nivel de formación, y el nuevo estilo de gobernar, no sabemos si el Día de los Muertos, seguirá siendo parte del calendario de actividades institucionales.
En lo que no hay duda, es que el Día de Muertos o de los Santos Difuntos, resulta fiesta para los vivos, un elemento de mercadotecnia para el comercio, ya que genera ventas en torno a esta festividad, empezando por el encarecimiento de las flores, y un factor de movimiento turístico. En fin, como quiera que sea, estamos a unos cuantos días de la conmemoración, que puede ser triste para quienes de manera reciente han perdido un ser querido, y de alegría para diversos negocios y de quienes harán un paseo y disfrute de esta tradición.