*El Frente Nacional para el Rescate del Campo Mexicano desconoce declaraciones del secretario de Agricultura; la lucha en 25 estados continuará hasta obtener respuesta*

 

Ciudad de México.— El Frente Nacional para el Rescate del Campo Mexicano informó que mantendrá su movimiento activo en 25 estados del país hasta que el Gobierno Federal responda de manera clara y concreta a las demandas de los productores. Entre las principales exigencias se encuentran un precio nacional de 7,200 pesos por tonelada de maíz y que los granos básicos sean excluidos del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

 

En un posicionamiento nacional, el Frente desconoció las declaraciones del titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), Julio Berdegué Sacristán, quien aseguró que se alcanzó un acuerdo con los gobiernos de Guanajuato, Jalisco y Michoacán para establecer un precio de 6,050 pesos por tonelada de maíz blanco.

 

“El Frente Nacional para el Rescate del Campo Mexicano no llegó a ningún acuerdo con la SADER en esos términos. No reconocemos ese anuncio, ni lo consideramos representativo del sentir de los productores del país”, señala el comunicado.

 

El movimiento campesino subrayó que las movilizaciones y tomas de casetas se han desarrollado de forma ordenada y pacífica, con respaldo de la ciudadanía, y que el objetivo no es afectar a la población sino visibilizar la crisis que atraviesa el campo mexicano.

 

“Nuestra lucha busca la solidaridad del pueblo. No se trata de confrontar, sino de defender la soberanía alimentaria y exigir condiciones justas para quienes producen el alimento del país”, precisó el Frente.

 

Asimismo, advirtió que, de continuar la falta de diálogo con el Gobierno Federal, el movimiento podría escalar sus acciones en todo el territorio nacional.

 

“Los productores del norte analizan la posibilidad de tomar las oficinas aduanales en Chihuahua, Sonora y Tamaulipas, mientras que campesinos del sureste, particularmente de Campeche, contemplan la toma del Tren Maya como medida de presión. Si se cierran las puertas al diálogo, el país entero sentirá el peso del abandono al campo”, advirtió la organización.

 

El Frente también denunció actos de intimidación por parte de autoridades federales y estatales contra campesinos que participan en las protestas.

 

“Se ha intentado frenar la movilización mediante amenazas de retiro de programas sociales y apoyos. Rechazamos tajantemente cualquier intento de represión o chantaje político.”

 

Finalmente, el Frente reiteró que la lucha continuará hasta que haya una respuesta real y verificable a las demandas de los productores:

 

“El campo mexicano exige respeto y justicia. No queremos dádivas, queremos condiciones dignas para producir. El maíz y los granos básicos deben protegerse como patrimonio nacional. No nos moveremos hasta que el gobierno escuche y cumpla.”

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