VIDA DIARIA
LIC. ROSA ELENA GONZALEZ HERNANDEZ
Siguen igual, haciendo el ridículo
Como siempre sucede en cada legislatura, los diputados que pertenecen al partido en el poder y ostentan la mayoría son quienes asumen las comisiones de mayor importancia, mientras que a los de oposición les dejan las poco importantes, sobre todo cuando los consideran indeseables o fastidiosos.
Esta, la 66, legislatura no es la excepción, los morenos presidirán las principales comisiones y a los de la oposición, sobre todo los panistas que hace unos años eran los más favorecidos y ahora son los malqueridos, prácticamente les dejaron los asuntos sin importancia, salvo alguna excepción y por situaciones extrañas que hasta se desconocen.
Así es la política y eso lo tienen que entender los diputados locales de la fracción panista, además mucho de lo que les está sucediendo hoy es porque se lo buscaron, cuando tuvieron el poder no se congraciaron con el pueblo, entre ellos se comportaron como tribus y peleaban unos contra otros, no fueron capaces de unirse en un solo proyecto, olvidándose de los compadrazgos y lazos de sangre, que les permitieran trascender.
Por lo tanto, hoy no pueden quejarse, los panistas tienen que asumir las consecuencias, aguantar las embestidas sin hacer gestos, recordando que lo mismo hicieron ellos con los priistas en un inicio, claro, luego por así convenir a los intereses de tricolores y azules se unieron, pero ya nada consiguieron, el mal estaba hecho y el escenario donde ellos eran las estrellas perdieron.
Quizá los morenos de la 66 legislatura sean rudos en exceso con los opositores, con los panistas para ser concreta, pero, insistimos, de su desgracia ellos son los únicos culpables, los de enfrente solo les están cobrando afrentas pasadas, talvez con más fiereza, pero ahora les toca a los azules asumir consecuencias.
Aunque, a decir verdad, la 66 legislatura, casi en su totalidad, parece no termina de acomodarse, de poner en orden sus ideas y comenzar a legislar de verdad por el bien de los tamaulipecos, siguen enfrascados en sus pleitos políticos estériles para el pueblo.
Se esperaba que la nueva legislatura, aunque estuviera plagada de los del pasado pues muchos diputados de la 65 brincaron a la 66 gracias a la reelección, sería diferente, pero siguen igual, dan más pena que gloria, pues en algunos casos solo hacen el ridículo, les tumban sus iniciativas en otras instancias y en temas donde realmente se deben de aplicar, incluso consensuar para que todos los legisladores lo aprueben, parece que ni siquiera se han preocupado por hacer un análisis serio, salvo BLANCA ANZALDUA, el resto está para llorar, unos acusan, otros se defienden, y así se la pasan, mientras que la ciudadanía espera resultados.
En fin, la situación es que, en la actual legislatura, los panistas, sobre todo GERARDO PEÑA y VICENTE VERASTEGUI no presidirán ninguna comisión importante, las diputadas EDITH RAMIREZ, MIREYA SALDIVAR y ROSARIO GONZALEZ, que la verdad ni en su casa les conocen, tendrán más movimiento como vocales en los estudios legislativos, educación, deportes, cultura, administración finanzas y deuda pública, así como en la comisión de gobernación y la instructora.
Bueno, GERARDO PEÑA será secretario en la comisión de bienestar social, le sabe al tema porque estuvo un buen tiempo en esa dependencia, el problema es que quien sabe si tomen en cuenta su opinión.
Aquí lo extraño es que a quien supuestamente pretendían dejar fuera de la jugada, a ISMAEL GARCIA, aunque aún ni siquiera se ha presentado en el Congreso, si le apartaron la presidencia de una comisión y tendrá voz en otras importantes como, la de anticorrupción.
Y todo indica que de todos los panistas el único panista que seguramente tendrá más movimiento por la cordialidad que tiene con sus compañeros de todos los colores es el tampiqueño, JOSE SCHEKAIBAN, pero en general, los panistas estarán relegados en el congreso local, prácticamente serán los encargados de asuntos sin importancia, oh, los sparrings de la mayoría, de los morenos, aunque en esta legislatura sigan igual que las pasadas, haciendo el ridículo.